Los niños, niñas y jóvenes de las poblaciones en estado de vulnerabilidad de Colombia, en pleno siglo XXI se encuentran en una crisis por varias problemáticas dentro de las cuales se destacan la falta de atención del estado y de sus familias en varios campos como el nutricional, el emocional y el educacional, siendo este último basado en procesos tradicionales, lo cual ha generado dificultades de aprendizaje culpables de gran parte del alto porcentaje de deserción escolar.
Esto hace que los niños y niñas hagan un uso desproporcionado de sus 3 funciones cerebrales la lógica, la emocional y la operativa, siendo por lo general la emocional la predominante sobre las demás, lo cual imposibilita a corto y a largo plazo a los individuos desarrollar aéreas mas relevantes del pensamiento y desarrolla una mentalidad de pobreza, baja autoestima, incapacidad para aprender y evoluciaonar, lo que hace que el circulo vicioso se repita y los niños queden proyectados a ser lo mismo o menos de lo que son sus padres, visionando un futuro poco claro y productivo.
Dando por hecho que si se logra proporcionar el uso de las 3 funciones en los niños y niñas, se generará en ellos una manera de pensar más dinámica con las herramientas necesarias para afrontar las diversas situaciones que la vida pondrá en su camino y que se desarrollará una mentalidad de progreso dónde lo que prima es el saber que todos se puede lograr superando sus propios prejuicios, miedos y hasta su misma realidad rompiendo con el circulo vicioso que a llevado a varias generaciones a estancarse y generar cada vez mas pobreza mental y material.